Mail de Pablo Díaz Munio
Miércoles, 4 de mayo
Menuda noche hemos pasado!, ha soplado mucho viento y el "guadralpeo" de la tienda más me recordaba a mis días en la Mar que aquí arriba. Pero no hace ya tanto frío (el reloj de Carlota me ha chivado que no hemos bajado de los -4ºC).
Y para variar, el tempranero helicóptero me ha sacado del saco como una centella, para ver qué pasaba. Persistía el viento y la mañana era muy gris, por lo que al piloto le ha costado un montón realizar la maniobra. Han descargado unos fardos de material y los han intercambiado por una persona y su mochila, y se han ido. Tan solo 15` más tarde, cuando ya contaba con una taza de humeante "milkytea" en mi mano, han repetido la operación para llevarse a otra persona.
Aún no se habían levantado los demás cuando la voz de Asier ya sonaba en el "talkie": habían madrugado y comenzado a andar pronto, de modo que apenas les separaban 30` del campo 1; quedamos en que allí se pararían para descansar y reponer fuerzas, antes de afrontar la cascada de hielo, que aparece más peligrosa en estos últimos días a causa de la mayor incidencia del Sol.
Finalmente, a las 11.00h. ya estaban con nosotros. Y lo primero que nos han dicho es que a punto han estado, los tres, de caer en la ya famosa escalera de cinco tramos. Por lo visto, para complicarlo un poco más, producto del movimiento de la morrena, la escalera ahora se dispone en pendiente y con una pequeña inclinación lateral. El caso es que estos bromean al respecto, sin tampoco darle demasiado importancia.
Han bajado muy bien. Edurne, como siempre, con muy buena cara; Asier, muy satisfecho porque ha superado su prueba; y Nacho, quizá el más castigado por el Sol pero también en buena forma. También Jamjbu ha llegado mucho mejor. El "pero" ha sido Ngati: aparte de lo que me oculta, sus números son los peores y su tos húmeda y su auscultación positiva me han llevado a dar el paso del antibiótico. Aprovecharemos que pasarán 4 ó 5 días antes de que nuestro cocinero tenga que volver a subir para ver si lo recuperamos, si no total, sí parcialmente.
Hemos disfrutado de una comida muy divertida, animada y dicharachera, en la que se notaba a la legua la relajación que experimentan cuando bajan.
Después, hemos hecho una pequeña reunión de equipo, repasando los puntos fuertes logrados y preparando ya lo que se nos viene encima.
Y como premio, nuestros chicos de "Arena" nos han puesto el capítulo 4 de "Desafío 14+1", en el que comienza el trekking. Nos ha gustado mucho, como siempre. A mí más que el anterior, la verdad.
Una respuesta:
- Los desperdicios: muy buena pregunta, Fede; las reglas por aquí son simples: todos los desperdicios se llevan de vuelta a Gorak Shep, y todos son todos, con la única excepción de restos de comida, que son colocados en comederos donde la fauna los aprovecha; incluso los restos de estos restos son también trasladados al poblado vecino. Todo lo orgánico se entierra en las inmediaciones, y lo demás se traslada en helicóptero de vuelta a Lukla. Y aquí le pierdo la pista.
La idea es buena pero, para empezar, llega tarde. Este tratamiento resulta prácticamente novedoso. Hasta ahora, lo que ha ocurrido por aquí es el desmadre, siendo muy pocas las expediciones que se responsabilizaban de gestionar adecuadamente su basura. Ahora Nepal lo ha solucionado cobrando un plus por este concepto.
Anécdota: si ocurriera que un miembro de una expedición falleciera y quedara en la montaña, el gobierno nepalí se quedaría con el importe de este concepto, al considerar que no has dejado la montaña como la encontraste.
Sin embargo, qué pasa con los cientos de botellas de oxígeno que se suben a la montaña para sherpas y clientes?. La realidad es que suben muchas pero bajan pocas.
Pablo Díaz-Munio