Europa
Muchos siglos antes de designar lo que hoy llamamos Viejo Continente, Europa fue el nombre de por lo menos cinco heroínas que conocemos a través de la mitología griega, la más célebre de las cuales era la hija del rey fenicio Agenor. La bella adolescente Europa despertó una pasión incontenible en Zeus, quien la raptó y la llevó a la isla de Creta, la mayor del Egeo, donde ambos hicieron el amor bajo la sombra de unos plátanos, árboles que, en recuerdo de este romance, conquistaron el privilegio de no perder sus hojas. Del amor de Europa y Zeus nació Minos, quien un día sería rey de Creta.
Como topónimo, Europa aparece por primera vez en un himno homérico a Apolo, datado entre los siglos VIII y XI antes de nuestra era, en el que se designa con este nombre a una parte de la Grecia continental para diferenciarla del Peloponeso y de las islas del mar Egeo. En el siglo V a. de C., Heródoto escribía de la amante de Zeus: 'La fenicia Europa era asiática y jamás estuvo en la tierra que los griegos llaman ahora por su nombre'. Por la misma época, Esquilo usaba este topónimo para las tierras que se extendían al oeste de Asia.