volumen
Cualquier texto está normalmente escrito sobre una superficie plana, de dos dimensiones, a menos que tomemos en consideración el hecho de que el papel sobre el cual escribimos tiene en realidad tres dimensiones, por más que una de ellas, el espesor, sea muy diminuta.
Los romanos también escribían sus textos sobre las superficies planas de sus papiros, pero luego estos se enrollaban, dando lugar a un cuerpo que era más perceptiblemente tridimensional. El acto de enrollar y el de envolver se expresan en latín mediante el verbo uoluere o volvere, que dio lugar al nombre común volumen, el cual se aplicaba a cualquier objeto enrollado o también a un montón de objetos planos apilados.
Con el advenimiento del pergamino, hacia el siglo II d. C., y la llegada a Europa del papel procedente de China (s. X), así como la invención de la imprenta (s. XV), los editores adoptaron el procedimiento de plegar las hojas en lugar de enrollarlas, superponiéndolas hasta formar un volumen de tres dimensiones, un procedimiento que se sigue empleando en los libros modernos, aunque estos vienen perdiendo terreno rápidamente ante el empuje del libro electrónico.
Ya entre los romanos, volumen tenía también el significado de 'libro' u 'obra escrita', En el español de nuestros días hay una pequeña diferencia: un volumen.es un ejemplar de un libro encuadernado, es decir, una obra puede estar escrita en varios volúmenes