Mail de Pablo Díaz Munio
Lunes, 2 de mayo
Hoy ha fallecido un montañero en el campo 3 del Everest. Un inglés de una expedición comercial ha sufrido un infarto de miocardio, aseguran, aunque este diagnóstico es aún reservado porque no queda muy claro su procedencia. Ya empezamos mal...!
A las 06.30h. me he levantado para despedir a los sherpas. Quería ver si Mingma tenía problemas en su dedo gordo del pie, el que llevamos un par de días mimando ante la posibilidad de una infección. La verdad es que no está al 100% pero creo que enredar aún iba a ser peor que un tratamiento conservador (baños de agua caliente y pomada antibiótica). Espero que no empeore en estos dos días ahí arriba.
He dormido muy bien, mi mejor noche. Ayer olvidé contaros que dediqué un buen par de horas a desmantelar mi húmeda tienda; la vacié, le quité los anclajes y la quité de su emplazamiento; como esperaba, encontré todas las partes caladas; mientras el Sol hacía su función, me dediqué, armado con pico y pala, a mejorar el asiento de la tienda, la "cuna"; es lo que tiene acampar en un morrena, se muAeve y cala; con el pico logré quitar un par de piedras que mi espalda tenía perfectamente localizadas; con la pala, tras rascar un mucho, conseguí repartir una masa de piedrillas lo suficientemente gruesa como para servir de nivel, además de aislarme en lo posible del hielo subyacente. Después, una capa de plástico impermeable, la propia tienda, otro plástico similar ya dentro de la tienda, una galleta de caucho, una colchoneta pinchada y otra colchoneta de espuma unos 4cm. de grosor. La broma me supuso un par de horas de jadeos (insisto, los 5350m. de notan, y mucho). Eso sí, como os decía, he dormido...
Entre nubes y claros, finalmente la fuerza del Sol ha conseguido despejar el día. Muy pronto el calor, por fin, se hacía notar.
Quería yo saber cómo les había afectado la nevada a los de arriba pero no he podido contactar en los primeros intentos. Así que me he dedicado a limpiar las tiendas de la nieve, junto con uno de nuestros "kitchen boy", en espera de tal contacto.
Por fin, nos ha llamado Asier: todos bien, sin novedades, en buen estado y de buen humor; claro que les había nevado pero no demasiado y sin consecuencias; se acababan de levantar...!!
Sin embargo, muy poco tiempo después hemos oído el ruido de dos helicópteros; no venían al base, han proseguido camino, volando alto, hacia los campos de altura; Fernando y yo hemos comentado que nos daba mala espina.
Y efectivamente, al rato Edurne nos ha informado que intentaban una misión de rescate. Por lo visto, un montañero inglés ha fallecido en el campo 3 a lo largo de la noche. Visto que la aeronave no podía acceder tan alto, han tenido que descender el cuerpo al 2, donde lo ha recogido.
El segundo aparato estaba destinado para una segunda persona, al parecer en estado grave; sin embargo, aún ahora las informaciones al respecto son confusas. Lo último que nos han dicho es que tampoco ese rescate ha sido posible y, por lo visto, esa persona estaría siendo trasladada a pie hasta el campo base.
Supongo que ya no nos enteraremos hasta mañana, dado que ahora ya se ha cubierto completamente y ha comenzado a nevar, de nuevo, lo que significa vida en la tienda.
Lo que sí he vuelto a insistir a nuestro equipo, por enésima vez, es en la necesidad de prevenir, de atender a nuestras sensaciones, de prestar atención a cada detalle. Son muy buenos, y lo saben; y esto les aporta confianza en lo que hacen, lo cual es muy importante y no debo socavar; pero también hace falta ese contrapunto de humildad para anticipar la aparición de cualquier problema, lo que sin duda minimizará sus efectos.
A esta hora, el equipo entero ("protas" y sherpas, ya llegados al campo 2) se refugia en las tiendas, dedicados a la pesada tarea de derretir agua, cocinar, etc., tantas veces comentada. Esta vez, y en lo sucesivo, hemos añadido una más: potabilizar agua. Se trata de un tratamiento del agua derretida de nieve mediante luz ultravioleta; son unos aparatos llamados "Steri-pen", en su aspecto externo muy parecidos a los rotuladores fluorescentes pero ligeramente más grandes, aunque apenas pesan 225g. En tan solo 90" son capaces de potabilizar 1l. de agua, con una eficacia del 99,99% sobre virus, bacterias y protozoos. Nos los ha cedido muy amablemente Rafael, un entusiasta de un sin fin de aparatos de montaña, a cual más interesante (una mirada en www.steripen.com os resultará a los aficionados seguro sorprendente).
Es una novedad en nuestra expedición que yo tenía mucho interés en incorporar, dadas mis sospechas sobre la relación del consumo del agua contaminada con algunos accidentes desgraciados que ahora no viene al caso comentar. Por supuesto, lo ideal sería extender el uso de estos aparatos para todo el agua consumida ya en el campo base pero esto es ya más complicado porque las cantidades manejadas son enormes y nuestros compañeros nepalíes bastante hacen con cargar con ella y llevarla siempre a la ebullición, antes de ofrecérnosla. Sin embargo, aspectos técnicos demuestran que la buena praxis sería, además, tratarla con esta luz ultravioleta.
Y mañana será otro día. Y seguiremos, pese a todo, en esta montaña, dando pasitos para intentar hollarla. Por qué?. Ferrán dice: "Porque está ahí!"
Pablo Díaz-Munio