Juanpa Cadario: BWR, el FMC cruza Gibraltar

BWR, el FMC cruza Gibraltar

Fuente info FMC

Hogar, dulce hogar

A las 18:35 horas peninsulares el FMC ha cruzado el estrecho de Gibraltar y ya navega en aguas del Mare Nostrum, encarando la recta final de su vuelta al mundo

Poco más de 500 millas separan a Gerard Marín y Ludovic Aglaor de su sueño: completar el recorrido alrededor del mundo de la Barcelona World Race a bordo de su IMOCA Open 60 FMC. Los vientos del Suroeste le han permitido una rápida entrada del Mediterráneo, franqueada por la gran roca de Gibraltar.

Atrás quedan los tres grandes océanos, el Atlántico, el Índico y el Pacífico presididos por con los tres grandes cabos de Buena Esperanza, Leeuwin y Hornos tras haber cortado por dos veces el ecuador geográfico. Doble tanda de calmas ecuatoriales, dos respetuosas visitas al anticiclón de Santa Helena, chubascos, calor tropical, frío polar y muchas, muchas y enormes olas planeadas en el Gran Sur. Cansancio, hambre y sed, mucha sed antes de llegar a Nueva Zelanda debido a la avería de las potabilizadoras de agua, que obligo al FMC a entrar en “talleres” a su paso por Wellington.

Ahora llega el momento de la recta final, las últimas 500 millas por un Mediterráneo que les pondrá a prueba nuevamente. Vientos mayoritariamente del sector Este con nubes y lluvia durante la remontada, primero atravesando el Mar de Alborán, doblar la esquina andaluza que marca el cabo de Gata, luego cabo de Palos, el paso entre cabo La Nao y Formentera, el Delta del Ebro y Barcelona, fin de destino.

Serán 500 millas tensas, donde más que nunca Marín y Aglaor navegarán atentos al mástil del FMC, mimándolo sobremanera debido a los obenques destensados que debilitan su parte más alta. Y el Mare Nostrum parece que les recibe con una de sus caras menos amables: olas de Levante encrespadas y muy seguidas que provocan los temibles pantocazos al saltar de una a otra.

500 millas que esperan concluir felizmente cruzando la línea de llegada en Barcelona el próximo viernes día 22 a primera hora de la tarde, si el viento cumple los pronósticos. A tiempo para elegir la tradicional rosa de Sant Jordi.

¡¡Allá van!!