"No sabe ni jota"
La letra jota no existía en el alfabeto romano, en el que se confundía con la i; y ambas están emparentadas en tal medida que la letra jota se pronuncia como i en el alemán moderno. La jota fue introducida en la imprenta por tipógrafos holandeses y llegó al español de la mano de uno de ellos, Pedro Ramus, razón por la cual hasta algunas décadas atrás, muchos la llamaban jota de Holanda.
Sin embargo, los holandeses no inventaron la jota; la tomaron de la iota griega, que provenía, a su vez, de los alfabetos hebreo y caldeo, en los cuales era la letra más pequeña, de donde surgió la expresión no sabe ni jota, que equivale a ‘no sabe nada, ni la letra más pequeña’.