pergamino
Pergamino es el nombre de un material de soporte de escritura hecho a partir de la piel de carneros, becerros o caprinos, preparado especialmente para escribir en él, muy usado en la antigüedad a partir del siglo II a. C., cuando empezó a sustituir los códices.
El proceso de fabricación del pergamino comienza con la eliminación de la lana o el pelo, y prosigue con el estiramiento de la piel hasta conseguir las láminas de cuero con las que se hacía un libro en forma de rollo. Sobre los códices, más antiguos, tenía la ventaja de rodar indefinidamente, como la pantalla de una computadora.
En la Antigüedad, un gran centro de producción de pergaminos y, según algunos, el lugar de su invención, era la ciudad de Pérgamo, en el Asia Menor, surgida hacia el siglo XII a. C. donde hoy está ciudad turca de Bérgamo. Por esta razón, le cupo a Pérgamo el honor de legar a la posteridad el nombre del pergamino, usado para los textos sagrados y literarios juzgados más importantes.
La sofisticada técnica de Pérgamo fue trasladada a Roma, donde en poco tiempo se multiplicaron las tiendas de los membranarii, que vendían aquella especie de membranas de piel ovina.
En nuestra lengua, pergamino empieza a aparecer en documentos del siglo XVI.
En francés ocurrió un cruce con parthica, que significaba "piel del país de los partos" un territorio situado en parte del actual Irán, que en el protorromance de la Galia dio lugar a parchamin en el siglo XI y luego parchemin, hasta nuestros días. Este cruce fue transmitido al inglés, dando lugar a parchment.
En 1626 un grupo de españoles perdió unos valiosos pergaminos en un lugar de la Pampa argentina, unos 220 km al norte de Buenos Aires. Luego se fundó allí una ciudad que se llama hasta hoy Pergamino.