Juanpa Cadario: ¡ Feliz 50 años D10S !

¡ Feliz 50 años D10S !


Mil Maradonas distintos

En el 86 y con la celeste y blanca, era una gazela increíble

Su mejor época, cuando jugó en el Napoli

Maradona es más bajo que yo, lo cuál significa que mide bastante poco. Tuve el placer de comprobarlo al final del partido Argentina - Chile previo al mundial de 1986, fueron sólo unos segundos cuando entre el tumulto de un vestuario colmado le pude dar una palmada en el hombro y decirle el clásico "grande Diego". Un instante mágico que quedó marcado a fuego en mi memoria.
Hoy cumple 50 años y por supuesto no podía dejar de mencionarlo, fueron muchas las alegrías que nos dió a todos los argentinos en materia deportiva y aunque a algunos les pese es y será siempre nuestro mayor ídolo. No lo juzgo por la cantidad de aberraciones que ha hecho ni por muchas de sus actitudes soberbias e irrespetuosas, que por supuesto no comparto. Tan sólo quiero quedarme con la imagen del futbolista, con su talento y con su magia, y con el único que dentro del deporte me ha hecho erizar la piel y emocionar hasta las lágrimas.
¡Feliz cumple Diego!

JPC

Fuente info Clarín

Una vida de película
30/10/10 Un día especial para Diego Armando Maradona, el jugador y el personaje, increíble por igual. El mundo sigue pendiente de sus pasos.

PorWaldemar Iglesias

Tiene cinco décadas y cada una de ellas representa un capítulo que merece varios libros y un montón de homenajes. Al referirse a Diego, en el ámbito evocativo, se parte de una certeza: cualquier cosa que se intente señalar resultará exigua. Sucede que Maradona construyó un mundo en el que se abrazaron casi todos los matices y las más diversas particularidades: esa genialidad del mejor gol de la historia, esa magia que lo hizo irrepetible, sus contradicciones, su verborragia que generó frases de todos los tiempos y polémicas en los cinco continentes, aquellos excesos que lo hicieron conocer infiernos , tantas extravagancias, muchísima sensibilidad y también su condición de tipo generoso, no siempre pública.

Ocurre también que El Diez , ese número que resulta él mismo, fue capaz de crear un nuevo lenguaje que trascendió incluso la frontera del fútbol: Maradona no es sólo un apellido. Es también un sustantivo que sirve de sinónimo para la excelencia volcada al verde césped ; un adjetivo que califica situaciones imposibles en el marco de lo terrenal; un verbo (“maradonear”) que sintetiza acciones vecinas a las manifestaciones artísticas...

El pibe que se crió entre postergaciones y calles de tierra, en la casa breve de la calle Azamor, en Villa Fiorito, es también una referencia inevitable de la Argentina. Un símbolo que, ahora, 13 años después de su retiro oficial como futbolista, sigue siendo la cara del deporte de nuestro país ante los múltiples ojos del mundo. Ese jugador fantástico, crack que rompió el molde, fue todo esto: Cebollita y mago, figura precoz en Argentinos, ídolo en Boca, fabricante de bellezas en Barcelona, heredero de San Genaro en esa Nápoles que lo hizo semidios y bandera, orgullo también de Sevilla y de Newell’s. Es algo más Maradona: el principal emblema de la historia del fútbol argentino y del seleccionado nacional. Porque fue el más influyente de los campeones mundiales; porque se hizo dueño de jugadas que caben en todas las memorias; porque lloró las derrotas como jugador y como hincha, incluso como entrenador; porque le mostró al mundo su puño feroz para reclamar respeto por los rezagados...

Por todo eso, discusiones al margen, a nadie le puede resultar ajeno que a muchos se les ocurra decir que este hombre que hoy cumple 50 años es el mejor jugador de todos los tiempos. Y no estrictamente por los números, sino por esos recorridos de fábula que entregó sin manchar la pelota.