Juanpa Cadario: La palabra del día, por Purre

La palabra del día, por Purre

Coca-Cola

En 1886, un farmacéutico de la ciudad estadounidense de Atlanta, John Stith Pemberton, puso a la venta un ‘tónico cerebral’ que él mismo había preparado usando como ingredientes básicos dos productos vegetales: hojas de coca y nuez de cola.
El primero de estos componentes había adquirido cierta notoriedad por aquella época debido a un subproducto: el clorhidrato de cocaína, usado por un famoso personaje de ficción, el detective Sherlock Holmes, y también en la vida real por un joven investigador de los síntomas de la histeria, el doctor Sigmund Freud (v. coca*). La nuez de cola es conocida por quienes practican fitoterapia, a causa de su propiedad estimulante por su alto contenido de cafeína.
El contable de la farmacia de Pemberton diseñó el logotipo del nuevo jarabe con el nombre ‘Coca-Cola’, basado en estos dos ingredientes: la hoja de coca y la nuez de cola. El propio farmacéutico puso un aviso en un diario local en el que decía: «¡Coca-Cola, deliciosa, refrescante, fantástica! ¡El nuevo refresco gaseoso que contiene las propiedades de la planta maravillosa, la coca, y la famosa nuez, la cola!».
En las primeras décadas del siglo pasado, la cocaína fue retirada de la fórmula y sustituida por otros productos. En 1891, el farmacéutico Asa G. Candler adquirió y registró la marca y en 1897, empezó a exportar la bebida. Los derechos de embotellado de esta gaseosa están vigentes desde 1899: los concesionarios de cada país pueden fabricar y vender el producto, pero el preparado básico lo suministra directamente la Coca-Cola.