A 30 años de la trágica Fastnet del 79
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Año 1999, llegando a Fastnet en el Alexia, que se vé muy pequeñita al fondo. En la foto con Mike Joubert (proa del Kosatka en la ultima VOR) y Victor Torres, amigo de toda la vida.
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El mítico faro de Fastnet desde el Alexia
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Un helicóptero de la Royal Navy rescata la tripulación del Camargue en 1979
Fastnet es tal vez la regata más importante que corrí en mi vida. Tuve la suerte de hacerla en el año 1999 a bordo del Alexia, junto a muchisimos amigos y otros grandes navegantes.
Con Guille Parada y Cicho, habíamos llegado a Cowes mucho tiempo antes para la Admiral´s Cup con el equipo italiano, asi que la aclimatación en el lugar, fue más que suficiente.
Luego venía Cowes Week con el Alexia, pero una rotura en el mástil nos dejaba afuera del campeonato y ponía en riesgo la salida a Fastnet.
Fueron días de mucha ansiedad recuerdo, porque todos queríamos correrla por lo que representaba, pero reconozco también que las historias y relatos de aquella mítica regata del 79 intimidaban bastante, al menos a mí. Historias escuchadas mil veces de parte de los protagonistas, muchos amigos argentinos que habían estado ahi ese año trágico integrando el equipo argentino, y entre los que se encontraban entre otros Tinto Galván, el loco Gerar, cuchu Völker e inclusive Edu "San Martín" Baquerizas que vino en el Alexia ese año. Todos afortunados de poder terminar esa regata, pero marcados de por vida con vivencias seguramente muy fuertes. La regata del Alexia fue muy distinta, muy ventosa por momentos pero muy rápida y sin contratiempos, esa vez el mar y el viento estuvieron de nuestro lado.
Este año vuelve una edición más, ya están los 300 preinscriptos y también los muchisimos tripulantes dispuestos a virar el "mítico" faro de Fastnet una vez más.
JPC
Fuente info The Independent
Hell and high water: The Fastnet disaster
Fastnet 1979 Thirty years on, one survivor recalls the hell and high water of sailing's deadliest tragedy
By Tony Paterson
Saturday, 18 July 2009
Cowes week is not renowned for mournful occasions, but halfway through Britain's principal yachting event next month – on Wednesday 5 August – sailors and their families will gather at a yellow brick church overlooking the greenish, sail-studded waters of the Solent to remember the most disastrous episode in the sport's history.
The gathering will take place at Cowes Holy Trinity Church on the Isle of Wight. Its 185-year-old Gothic belfry is located only a few yards above the manicured lawns of Britain's poshest yacht club – the Royal Yacht Squadron's castle-like clubhouse. It is no coincidence that the view offers a magnificent panorama of the spot where the seeds of the tragedy were sown.
Thirty years ago – at the end of Cowes Week 1979 – a shot fired from one of the gleaming brass cannons on the Royal Yacht Squadron's waterfront terrace was the starting signal for more than 300 boats embarking on an ocean race that was hit by what has since been described as "the deadliest storm in the history of modern sailing".
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