Juanpa Cadario: La formula ganadora del Ericsson 4

La formula ganadora del Ericsson 4


Foto copyright JPC
Me gusta esta foto de Torben con la celeste y blanca, así deberíamos ser siempre los sudamericanos, todos más unidos y dejarnos de hinchar con ser tan chauvinistas.
Es una buena sintesis además del triunfo del E4, el poder y capacidad de Torben y la ayuda de Juan K en el diseño.

Fuente info VOR

LA FORMULA GANADORA

Por Riath Al-Samarrai

Torben Grael está reclinado en un sofá del pabellón de Ericsson, con una enorme sonrisa en la cara. Lleva dos horas repitiendo las mismas palabras a los periodistas pero no parece importarle. No siempre es así.

UN TORBEN FELIZ Y RELAJADO

“No es mi parte favorita del trabajo,” dice. “Es importante, pero tienes que repetir las cosas quizás cinco o seis veces. Ya sabes, puedes estar concentrado, tener cosas en la cabeza, pero tienes que hablar con los medios. Es una distracción.”

“No estoy siempre de buen humor y me disculpo por eso.”

No está siendo irritable, sólo está respondiendo una pregunta sobre cómo se siente normalmente tratando con la prensa. Hoy está de buen humor, igual que cada día desde que las matemáticas de la clasificación general le confirmaron que será él el que recoja el trofeo de ganador de la Volvo Ocean Race en San Petersburgo.

“Me siento feliz,” continúa. “La presión se ha ido.”

Se sienta de nuevo en la silla, con la sonrisa fija la cara. “Este es un buen momento.” Habla sobre hacer quizás sólo una Volvo Ocean Race más ( “¡No quiero ser como Magnus Olsson y hacerla todas las veces!” ), y es ambiguo sobre cómo esta victoria se compara con sus cinco medallas olímpicas, seis títulos mundiales y la Copa Louis Vuitton ( “todos los logros son buenos, pero distintos, es difícil comparar” ). También le gustaría llenar el vacío más notable en su increíble currículum (“ganar la America’s Cup sería algo fantástico” ). Pero el punto más obvio de toda la charla es su expresión, de calma y serenidad.

“Me siento bien,” repite. “Esto ha sido una buena campaña.”

Torben es un personaje complejo, difícil de leer a veces. El director del equipo, Richard Brisius, es un hombre que tiene que manejar dos proyectos ganadores, habla de la “gente más competitiva que conozco.” Y Marcelo Ferreira, su gran amigo y tripulante con el que ha ganado medallas durante casi 25 años, se reía en Río cuando hablaba del temperamento ocasional brasileño y su exigencia de que las cosas se hagan bien. También habló sobre la dedicación de Torben a su familia y sus obras de caridad de las que raramente se hablan, pero todos los caminos llevan a su necesidad de “perfección”.

“Siempre se puede mejorar,” añade Torben. “Éste es un buen proyecto: es muy satisfactorio
cuando empiezas un proyecto así y terminas bien; hace que las cosas merezcan la pena. Eso es bueno, es lo que me gusta.”
La clasificación general se hace agradable para él, con las cinco victorias del Ericsson 4 en etapas, dos metas volantes y dos regatas costeras, les hace inexpugnables.

EL SECRETO DEL ÉXITO

Las razones por las que están en esta posición son numerosas.

Para encontrar la causa de la gloria del Ericsson 4 tienes que entrar en las mentes, capacidad y tolerancia de una tripulación de culturas tan diversas como opuestas; en los talleres y las velerías; en el pasaporte de Herve LeQuillec; en el gimnasio de Joel Rewa-Morgan; en las hojas de contabilidad de Ericsson y en la pila de partes rotas que recogieron en Lanzarote antes de la regata.

Puede ser limpiamente resumido con la palabra “preparación”.

“Opino que probablemente sea la parte más importante de una campaña,” explica Torben. “Mira al Brasil 1 (del que fue patrón en la edición anterior). Empezamos a navegar sólo dos meses antes de que empezara la regata. Cuando empezamos, nunca habíamos navegado a más de 35 nudos: la primera noche teníamos 46 nudos. Aprendimos a navegar el barco durante la competición, cuando deberíamos haber aprendido sobre el barco, sus limitaciones y fortalezas, y la tripulación antes de la regata.”

Es un pensamiento común en todos los equipos. El patrón del Delta Lloyd, Roberto Bermúdez cree que “la preparación es un 70% de lo que es ganar esta regata.” Hay excepciones que confirman esta regla. El Piratas del Caribe fue el último en ser botado en 2005-06 y aún así terminó segundo- pero es por todos sabido que “preparación” es una abreviatura de algo mucho más grande. En ese sentido, Torben y su tripulación tienen mucho que agradecer.

Una financiación sólida es un lujo que no todos los equipos tienen y Ericsson ha puesto más dinero en la mesa que ningún otro patrocinador, y, algo crucial, lo hicieron antes que nadie. Anunciaron su inscripción de dos barcos en la regata en octubre de 2006 (el segundo, que fue el PUMA, no hizo lo mismo hasta mayo del año siguiente) y por ello fueron capaces de fichar a Juan Kouyoumdjian, el diseñador ganador de la pasada edición, y fueron los primeros en fichar a los mejores para el equipo de tierra y la tripulación.

Más de un año antes de que comenzara la regata, el equipo abrió su base en Lanzarote, y, como habían comprado el barco ganador de la pasada edición ABN AMRO One y mantuvieron el Ericsson de la pasada campaña, comenzaron a navegar, a entrenar y a crear lazos en otoño de 2007.

El barco que es hoy el Ericsson 3, fue botado en marzo de 2008 (un mes antes que Il Mostro de PUMA), y el Ericsson 4 le siguió en junio, permitiendo a la tripulación internacional hacer recomendaciones para su barco final con experiencia de primera mano, mientras que también tenían un barómetro efectivo de su rendimiento en los nuevos barcos en pruebas de condiciones atlánticas.

“Probablemente hemos estado más horas en el agua que ningún otro equipo,” comentó Dave Endean, el capitán del barco. “Aprendimos mucho de los dos barcos que tenemos. Nuestro programa de pruebas en Lanzarote era muy riguroso; rompimos cosas y aprendimos hasta dónde podían resistir y cómo podían ir más rápido. Tuvimos mucho viento y empujamos los barcos y las velas al máximo.”

Y también hizo lo mismo Joel Rewa-Morgan, el fisioterapeuta del equipo que pasó un año afilando las dos tripulaciones antes de la regata. “Les dimos una meta a los chicos para que tuvieran entre un 10% y un 12% de grasa corporal porque sabíamos que estarían a esos niveles más o menos durante la regata,” explicó Rewa-Morgan en Río. “No tiene sentido pasar un año entrenando con un 16% de grasa corporal cuando vas a bajar a un 10% durante la regata. De esta manera, sus cuerpos no sufrirían grandes fluctuaciones y podían navegar más duro durante más tiempo.”

En ese momento, cuando estaba comentando eso al final de la etapa 5, dijo que los tripulantes tenían una pérdida de peso media de dos kilos. Una encuesta por los otros equipos reveló que lo normal era de cinco a seis kilos. Sin duda esto ayudó a Torben a tener la única tripulación que no ha cambiado ni un solo miembro en esta regata que normalmente pasa una alta factura física y mental.

DENTRO Y FUERA DEL AGUA

La operación logística del equipo ha sido también enorme. En India, el jefe de tierra LeQuillec estaba cómodo mientras que muchos otros equipos batallaban en un ambiente desconocido y con sus peculiares retos. Él ya aprendió todo lo que había que saber sobre el lugar en sus cuatro viajes de reconocimiento anteriores. En contexto, Telefónica hizo uno y de los demás nadie había estado en Cochin antes.

“Significa que puedes sobrevivir y anticipar muchos de los problemas… todo se traslada después al agua,” explicó LeQuillec.

Por supuesto, una parte enorme de la capacidad de hacer cosas se reduce a un nivel económico ante el que algunos equipos simplemente no pueden competir. Eso no debería ser subestimado, como tampoco el enorme tamaño de sus operaciones en tierra. Pero si eso puso el listón muy alto (Torben dice que ganar no era un imperativo para el patrocinador, sólo un deseo muy grande), el Ericsson 4 lo ha aclarado, probando que son más que capaces de lidiar con las crisis sobre la marcha.

“Tengo esta carpeta en mi ordenador llamada ‘asuntos’ y hay unos 14 grandes,” dice Brisius. “Esta regata implica lidiar con muchos problemas.”

Evacuaron a Tony Mutter herido en la primera etapa, y después de eso rompieron el récord de las 24 horas y ganaron la etapa hasta Ciudad del Cabo. Y se defendieron con éxito en una protesta en Singapur.

Quizás uno de los asuntos más importantes en esa lista fue John Kostecki. Fue nombrado patrón en noviembre de 2006, pero el agosto siguiente dimitió. Brisius, asignado para buscar un reemplazo, dijo: “Era importante conseguir a alguien a quien todos respetaran, que fuera uno de los mejores del mundo. Había una lista muy corta.” Torben fue el elegido y heredó una tripulación predominantemente compuesta por neozelandeses. De hecho, los únicos tripulantes que él seleccionó fueron Horacio Carabelli, Joao Signorini, Jules Salter y Guy Salter, el tripulante de medios.

Grael explica: “No era lo ideal. Cuando alguien se va, crea mucha incertidumbre a todo el mundo. Eso no es bueno. Lo primero que quise fue hacer el menor número posible de cambios y hacer que el grupo se uniera, pensara en la misma dirección. Al final fue algo positivo, sacar lo bueno de distintos grupos.”

“De ninguna manera nos llevamos bien todo el tiempo,” dice el neozelandés Stu Bannatyne. “Sería bastante ambicioso esperar eso.”

“Siempre sabíamos que sería difícil, todos dicen siempre que la mafia kiwi es muy difícil de llevarse bien,” añade Endean. “Y el sabor sudamericano es un poco diferente a nada de lo que estamos acostumbrados, así que sabíamos que sería difícil, pero todos somos profesionales. Una mezcla de culturas y maneras puede ser algo positivo porque eliges lo mejor de cada una. Todos teníamos una meta en común y hemos luchado por ella.”

UNA FORMULA QUE DA RESULTADOS

El resultado neto ha sido una tripulación brillante y una navegación magnífica que ha alcanzado increíbles resultados a pesar de no tener una ventaja de velocidad significativa respecto a los rivales en condiciones específicas o por tener unas velas determinadas. De hecho, seis de las nueve etapas hasta ahora las ha ganado por márgenes inferiores a 90 minutos. Pero mientras que el rendimiento de los otros equipos fluctuaba, el Ericsson 4 ha sido consistente (de 22 oportunidades de anotar, 18 veces ha estado en los puestos de arriba), y rara vez han sufrido daños serios o mala suerte.

“La clave de nuestros logros es un gran equipo y grandes barcos,” dice Brisius.

Donde podían llegar a fallar, consiguieron sobrepasar los retos.

“Hemos sufrido a veces con el rendimiento del barco,” dice Endean. “Hemos tenido nuestros puntos débiles. Pero porque nuestro programa estaba tan bien desarrollado que aún teníamos tres o cuatro cartas que jugar cuando llegamos a Boston así que pudimos adaptarnos a cualquier problema, nos ayudó a ir más rápido en ciertas áreas donde éramos más débiles.”

La intención de la campaña era, como dijo Brisius, “no dejar ninguna piedra sin girar, sin gastar dinero a lo loco.”

Si dejaron una, es difícil de ver dónde. Y las largas entrevistas con sonrisa amplia que está dando Torben aquí en Suecia sugieren que está bastante contento al respecto