Juanpa Cadario: Ni un minuto para perder

Ni un minuto para perder


Foto copyright Dave Kneale/Volvo Ocean Race

Foto copyright Dave Kneale/Volvo Ocean Race

Foto copyright Dave Kneale/Volvo Ocean Race

Fuente info VOR

CUANDO EL TIEMPO ES ORO

Apenas terminaba la odisea de la quinta etapa para las tripulaciones, se iniciaba en Rio de Janeiro la de los equipos de tierra para devolver los barcos a su estado original antes del próximo sábado. Ericsson y PUMA fueron los primeros en empezar.
Llegar antes a puerto significa no sólo anotar más puntos en el marcador, sino también disponer de más tiempo para devolver al barco a su plena forma antes de la siguiente cita con el campo de regatas. En la Marina da Gloria de Rio de Janeiro, los equipos de tierra esperaban ansiosos la llegada de los barcos bajo la espada de Damocles que supone la regata costera del próximo sábado, 4 de abril. El tiempo corría en su contra, y cada hora de retraso suponía una menos para ponerse manos a la obra en unos barcos que habían tenido que enfrentarse a la etapa más larga de la historia de la regata.
La incertidumbre para los equipos de tierra del Ericsson Racing Team y el PUMA terminaba entre el viernes y el sábado, cuando los tres Volvo Open 70 cruzaban la línea de llegada en la bahía de Guanabara en las tres primeras posiciones.
La llegada de los dos Ericsson con un margen de tiempo de apenas unas horas complicaba la existencia de los hombres de mantenimiento del Ericsson Racing Team, que han tenido que enfrentarse a las listas de trabajo de ambos barcos al mismo tiempo. Herve LeQuillec, jefe del equipo de tierra sueco, nos habla de lo que les espera hasta el fin de semana: “Es una lista de trabajos realmente extensa, pero no podía ser de otra forma después de una etapa de 12.000 millas. Lo principal es una revisión de mantenimiento completa y comprobar que todo está bien, pero en general no hemos encontrado ningún problema serio”.
Durante la etapa, el Ericsson 4 reportó problemas hidráulicos en la quilla, y la solución pasa por reemplazar el sistema entero: “Disponemos de dos juegos de hidráulicos que rotamos, así que montaremos el que hemos recibido desde China y el otro lo repararemos para Boston”.
El Ericsson 3, por su parte, únicamente reportó daños en algunas velas, los depósitos del diesel y una litera, por lo que LeQuillec confía en poder devolver el barco al agua el miércoles por la tarde, un día antes que su gemelo.
El PUMA también tiene previsto regresar al agua el miércoles: “Es agradable no tener que lidiar con reparaciones estructurales”, indica Neil Cox, responsable del equipo de tierra del barco estadounidense, en referencia a los daños en los mamparos que tuvieron que afrontar en la segunda etapa.
Al igual que los Ericsson, el PUMA tampoco ha mostrado ningún problema serio: “Vamos a estar muy ocupados por la lista de pequeños trabajos, pero no tenemos nada importante de qué preocuparnos. Mucho maquillaje y trabajos de composite, reparaciones en la quilla y retoques en los apéndices... Orzas de deriva, timones, pin de la quilla y bulbo también están siendo revisados a conciencia. Pero, en general, está en buenas condiciones”.
Para el barco estadounidense, los cambios más significativos se concentran en su aparejo, ya que deben sustituir la jarcia móvil. La intención del equipo es pinchar el palo en las próximas horas antes de devolver el barco al agua. Para completar sus trabajos, Cox ha tenido que añadir tres personas más a su equipo de tierra, que en Rio de Janeiro alcanza las 14 personas.
“Nuestra intención es navegar un par de veces antes de la costera, y por ello estamos apurando lo máximo posible para devolver el barco al agua. Queremos que los chicos puedan entrenar; estamos segundos en la general, y si queremos consolidar esa posición, necesitamos tiempo en el agua”, concluye Neil Cox.