Juanpa Cadario: La Santa María de Buenos Ayres diseño de German Frers, toma forma

La Santa María de Buenos Ayres diseño de German Frers, toma forma





Fuente info Clarín

Un barco enorme diseñado para navegar incluso en sillas de ruedas
21/08/11 - 02:10
Fue diseñado por el genial Germán Frers, uno de los mejores del mundo. Además será totalmente ecológica.
PorMARÍA ARCE

Parece un Arca de Noé. Imponente, inmensa, colosal. La goleta Santa María de los Buenos Ayres se levanta con toda su potencia en las entrañas del astillero Tandanor. Allí, en la Costanera Sur, aguarda paciente a que la remachen, la corten, ensamblen y pinten. Un grupo de 21 soñadores la pensó hace casi cuatro años. Y con un esfuerzo de hormiga la han puesto a andar. O casi. Es que a esta embarcación-escuela, la primera de Argentina pensada para incluir discapacitados, está aún en proceso de construcción.
Jorge San Martino y Gustavo Nordenstahl, dos voluntarios que trabajan por la goleta, hacen de guía a través de este laberinto de vigas, aceros, grúas y hombres que van y vienen como hormiguitas en medio de estructuras descomunales.
Descomunales también son las medidas de la goleta. Eslora (largo) 57,90 metros. Manga (ancho) 9,90 metros. Puntal (palo) 6,10 metros. Más de 1.550 metros cuadrados de velas o superficie vélica, con v corta. Pesa (desplaza) 466 toneladas. Tiene capacidad para 36 grumetes (alumnos) y 11 tripulantes. Y un costo de construcción 10 millones de dólares.
Diseñada por el genial Germán Frers, que donó su trabajo como muchos otros, es de estructura fuerte, pero relativamente liviana para sus dimensiones.
"Es un barco muy simple. Tradicional pero a la vez moderno. Flexible y versátil", dice Frers que además es uno de los 21 fundadores de esta idea. Es que este barco fue creado bajo una fundación –que lleva el mismo nombre del velero- auditada por la consultora Deloitte que certifica el avance de las obras y cómo se gasta el dinero que llega a través de donaciones privadas y particulares.
Frers es argentino y uno de los mejores diseñadores de barcos del mundo. La imaginó "verde", amigable con el medio ambiente: la goleta tiene plantas de tratamiento de aguas, gases, residuos sólidos y una procesadora de latas. Tiene una autonomía de 30 días o 3.000 millas: el Atlántico.
Con un calado (profundidad) de 3,90 metros, está pensada para navegar los ríos poco profundos del país. Su cubierta limpia y despejada (corrida se dice) está preparada para que las sillas de ruedas la atraviesen de popa a proa sin obstáculos. No tiene escalones. Sólo rampas. Y un ascensor que ayuda a bajar hasta los camarotes y el baño preparado para discapacitados.
La goleta está pensada para recibir a cuatro personas en sillas de ruedas." Son 4 porque según el último censo, el 9% de la población es discapacitada y quisimos mantener esa proporción", explica San Martino. "Queremos ser arriba de la Santa María lo que debiéramos ser en tierra. Y que todos tengan las mismas posibilidades", asegura.
Aunque el 98% del casco de la goleta está listo aún es mucho lo que queda por hacer y lo que se necesita. A la goleta le falta aún el sistema de tuberías, los aires acondicionados, los detectores y las bombas contra incendios, las velas, los palos y el ascensor para discapacitados, entre otras muchas cosas.
La última incorporación han sido las dos anclas de 480 kilos cada una. Fueron donadas por Aceros Cuyanos y llegaron gracias a que el Ejército las trajo gratis desde Mendoza.
Los 146 voluntarios que trabajan por la goleta esperan que recorra los puertos del mundo para el 2016 cuando se cumplan 200 años del Bicentenario de la Independencia. Mientras, le ponen ganas y timón a este sueño de ultramar.