Juanpa Cadario: España y Holanda van por la gloria

España y Holanda van por la gloria


Foto copyright AFP
Sneijder y Villa

Fuente info canchallena.com

Una final con buena pinta

Desde las 15.30, Holanda y España disputarán el encuentro decisivo del Mundial; el fútbol, un ganador anticipado
11 de Julio de 2010 - 14:09

JOHANNESBURGO.- No es la final que muchos hubieran imaginado hace un mes, pero igual no deja de ser bien vista y recibida. Si hay algo de sorpresa, es agradable, no se contrapone con el buen fútbol, la calidad técnica y la vocación ofensiva. España y Holanda hace rato que merodean la cumbre del fútbol. Llevan tiempo dando muestras de sus buenas intenciones, de sus convicciones para defender una idea de juego en la que la estética y el espectáculo no están reñidos con la eficacia. A ambos les llegó la hora crucial de dar el paso más trascendente de sus historias. Cualquiera sea el ganador, el Mundial debería consagrar hoy un modelo futbolístico mucho más generoso y coral que el expuso hace cuatro años Italia en Berlín. A falta de conocer la identidad del campeón, el fútbol está en condiciones de considerarse un ganador anticipado. Al menos ese es el compromiso que suelen asumir España y Holanda, y es de esperar que no defrauden a la hora señalada.

Sudáfrica está cumpliendo con su destino renovador. Aquí se organizó por primera vez un Mundial en continente africano y aquí habrá un campeón que nunca lo fue antes, que se incorporará y quedará grabado para la historia a la lista de los siete países que se repartieron la gloria en los 18 campeonatos anteriores. El Soccer City, el estadio que es vecino a Soweto y que hace 30 días le dio la bienvenida al Mundial con el encuentro inaugural Sudáfrica-México, hoy despedirá a la competencia con el partido N° 64, a las 15.30 de la Argentina.

Es el choque de dos seleccionados que tienen más cosas en común que diferencias. No son dos espejos, pero sí cada uno puede reconocerse en varias de las cualidades del otro. Se asimilan en una manera de sentir el fútbol, en la necesidad del control de la pelota para ejercer el dominio y la superioridad, en la presión adelantada para que el equipo no sea empujado sobre su área, en la implicación de varios jugadores en la construcción de las jugadas y la llegada al arco contrario.

En el horizonte, como el gurú responsable de estas similitudes aparece Johan Cruyff. Holanda no era nadie en el fútbol hasta que Cruyff abanderó aquella Naranja Mecánica subcampeona en 1974, en compañía de Neeskens, Krol, Rep. Ya sin Cruyff, y con un juego menos melodioso, Holanda repitió el segundo puesto contra la Argentina en 1978. Sin dudas, hace más de 35 años, el fútbol le daba cabida a un nuevo gran actor, que tendría continuidad con otras generaciones de grandes jugadores: Koeman, Davids, Seedorf, Rijkaard, Gullit, Van Basten, Kluivert, Bergkamp, los mellizos De Boer, Van Nistelrooy, Overmars. Algunos obtuvieron la Eurocopa de 1988, pero el Mundial sigue ahí, como una deuda que es preciso saldar.

Y Cruyff también sobrevuela sobre esta España, a partir del legado que dejó como entrenador y como director técnico de Barcelona, equipo que lleva años de holandización con Van Gaal, Rijkaard y, desde hace dos temporadas, Pep Guardiola, insigne intérprete del legado de Cruyff, tanto como futbolista, cuando fue dirigido por éste, como cuando asumió la dirección técnica. Hoy, España se refleja en Barcelona, que a su vez lleva décadas mimetizado con el postulado holandés. Es la cuadratura del círculo. España intentará hoy cumplir un sueño que no pudieron otras camadas de excelentes jugadores, como la de Di Stéfano, Puskas, Luis Suárez y Gento, en Chile 1962, y la de Raúl, Hierro y Zubizarreta, en la década del 90.

La trayectoria de ambos en el Mundial no es tan equiparable. España debutó con una sorpresiva derrota ante Suiza. Afloraron viejos fantasmas, el histórico fatalismo de un equipo que siempre promete más de lo que concreta. Pero está claro que España también hizo un cambio de mentalidad con la obtención de la Eurocopa 2008. Ya no es tan susceptible a desmoronarse ante la primera contrariedad. Después de la caída en la presentación ganó los cinco encuentros con una mezcla de fútbol y temple, y estuvo muy cerca de su mejor versión en las semifinales con el 1 a 0 a Alemania, un resultado demasiado exiguo para lo que fue la diferencia de juego entre uno y otro. En Durban apareció la España que empuja con Puyol y tiene salida desde atrás con Piqué; que agita el carril derecho con Sergio Ramos; que barre la línea media con Busquets; que se busca y se encuentra en las asociaciones entre Xavi, Xabi Alonso e Iniesta; que acelera con el desparpajo de Pedro, y que amenaza hacer un gol en cualquier momento con Silva, autor de cinco de los siete tantos de su equipo en el Mundial.

España no es flor de un día. Sólo perdió dos de los últimos 54 partidos. Ambos fueron en Sudáfrica: ante los Estados Unidos (por la Copa Confederaciones 2009) y el citado con Suiza. Hay tres representantes del campeón mundial juvenil Sub 20 en 1999: Casillas, Xavi y Marchena. Xavi y Puyol debutaron con la Roja hace 10 años, justo frente a Holanda. La pareja central Piqué-Puyol lleva más de 75 partidos juntos en Barcelona y el seleccionado. Por donde se lo miere, es un equipo consolidado.

Holanda, sin haber resignado un aire poético en su juego, tiene más hueso que otrora. Cuando el técnico Van Marwijk asumió en 2008 se fijó la prioridad de fortalecer la defensa. Le borró un poco la sonrisa y le agregó lija al equipo. Holanda y Paraguay son los dos conjuntos que cometieron más foules en el Mundial. El técnico impuso un doble pivote que va contra la cultura holandesa de un único volante central. De Jong y Van Bommel son recuperadores que van al límite del reglamento. La fórmula hace rato que es refrendada por los resultados. Holanda no pierde desde 2008 y lleva 25 partidos en condición de invicta. Se impuso en los ocho cotejos de las eliminatorias y en los seis del Mundial. Si hoy triunfa, igualará a Brasil 70, el único campeón que ganó todo los encuentros. Sneijder conduce y llega, Robben desborda por afuera o por adentro y Kuyt se sacrifica por él y varios más. Antes de la medianoche sudafricana, el Mundial tendrá un nuevo campeón y Europa consagrará por primera vez a un seleccionado sin necesidad de haber sido sede del torneo. España es favorita, pero Holanda no arruga. No es la final esperada, pero da gusto verla llegar. Tiene buena pinta.