Noticias de la expedición de Edurne Pasaban
Foto copyright Edurne Pasaban
Fuente info Edurne Pasaban
18/03/2010
Campo 1
Ayer fue un día largo pero muy bueno. Salimos por la mañana con intención de equipar la ruta hacia el Campo 1 y, después de siete horas y media, regresábamos al Campo Base con el trabajo hecho y muy contentos.
El camino hacia el Campo 1 no es técnicamente muy complicado, pero sí delicado, por lo que hay que fijar unos 400 metros de cuerda. Dejando atrás las tiendas del Campo Base, se va ganando altura por unas lomas de hierba (la nieve que las cubre ahora desaparecerá con una semana de buen tiempo) hasta la entrada al glaciar del Annapurna. Para acceder al glaciar hay que hacer un rápel (descenso con cuerdas) de unos 80 metros, donde hemos fijado una cuerda. Luego se avanza por el glaciar durante unos 20 minutos, hasta encontrar una pared de roca por la que hay que ascender. Esa es la zona mas complicada y hay que fijar cuerdas, pero la tarea ha resultado más dura de lo esperado porque hemos encontrado el tramo cubierto de nieve. Desde nuestra anterior expedición a esta montaña, en el año 2007, recordábamos dónde estaban los anclajes para fijar cuerdas, pero nos costó mucho encontrarlos debido a la cantidad de nieve acumulada. En alguna ocasión tuvimos que meter algún clavo nuevo.
Poco a poco, sin embargo, fuimos superando la zona de rocas, que da acceso a unas lenguas de nieve, las cuales remontamos lentamente hasta el Campo 1, a 5000 metros. Al llegar nos abrazamos: ¡Habíamos dado el primer paso hacia la cumbre! Éramos conscientes de que nos queda mucho camino por delante, pero aquel momento había que celebrarlo.
Dejamos un depósito de material (tiendas y cuerda) y emprendimos el camino de regreso, pensando en reponer fuerzas con una buena cena.
De momento las cosas van bien y el tiempo acompaña. Las previsiones para los próximos días son buenas y no queremos desaprovecharlas, por lo que mañana subiremos a dormir al Campo 1 y el sábado trataremos de abrir el camino hacia el Campo 2. Sería genial que se cumplieran nuestros planes y para el fin de la semana tuviesemos ya montado el Campo 2.
Además, estamos aprovechando la mañana para darnos una buena ducha y lavar la ropa. Cada uno de nosotros está inmerso en sus tareas. Son mejores días de Campo Base: días tranquilos para descansar y prepararse de cara a jornadas más duras, que ya vendrán.
Desde mi tienda, donde estoy escribiendo, puedo ver la cumbre del Annapurna. Hoy el viento está pegando muy fuerte en la cima. Se ve tan cerca, y a la vez tan lejos. Me siento una privilegiada por poder estar aquí viendo este paisaje. Como me gustaría que, alguna manera, todos los que estáis leyendo estas líneas pudierais ver lo mismo – voy a intentar que también veáis y sintáis lo que yo, porque vosotros sois parte de este reto, y una de las razones por las que estoy aquí.
Edurne Pasaban