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LA 'PULGA' VOLVIÓ A FIRMAR UNA ACTUACIÓN GRIS CON ARGENTINA
La felicidad incompleta de Messi
· Messi no cuenta en Argentina con los 'peloteros' que le ayudan en el Barça · La 'pulga' no juega en la misma posición ni con un sistema similar
JAIME RINCÓN 16/10/09 - 08:53.
Clasificado para el Mundial con Argentina, uno de los tres artífices del 'triplete' con el Barça y camino de su primer Balón de Oro. Se puede asegurar con total certeza que el 2009 será un año inolvidable para Leo Messi. Inolvidable sí, pero, ¿inmejorable? pues no, hay una pequeña 'espina' que a la 'pulga' se le quedará clavada.
La albiceleste estalló este miércoles de alegría tras la victoria ante Uruguay y la consiguiente clasificación, pero unas horas antes, todos los dedos acusadores apuntaban al 'crack' del Barça: Messi no rinde con su selección.
Eran muchos los que pedían que Leo no fuera titular en Montevideo. Muchos los que no entienden como el deslumbrante jugador de Barcelona se ensombrece cuando se enfunda la albiceleste. Ante Uruguay, Messi apenas rascó bola. Volvió a sumar una gris actuación, y ya van muchas, demasiadas. Dio la impresión de que la 'pulga' se sentía desorientado sobre el verde de El Centenario. Se perdía entre tanta patada y tanto pelotazo. Debía hacer buenos los 'melones' que le llegaban de cuando en cuando.
Y ahí radica la diferencia del Messi del Barça al de Argentina; en su entorno, en los futbolistas que le rodean. Ni el sistema, ni los movimientos de sus compañeros ni sus propios compañeros son los mismos. Mientras que en el Camp Nou Xavi, Busquets o Iniesta le envían el cuero con un lazito y envuelto en papel de seda, los Mascherano, Verón y compañía lo hacen en un paquete express de cartón. No es de extrañar, entonces, que Messi abrace a Xavi o Iniesta como si fuera su madre cuando regresa de un compromiso con su selección.
No más esperanzador se hace el panorama si mira hacia atrás o a los lados. Schiavi y Demichelis se la quitan de encima, mientras que Piqué o incluso Puyol siempre buscan una salida lógica de la pelota. Otamendi tampoco es Alves y el tremendo recorrido de Jonás en banda obliga a la 'pulga' a irse hacia el centro, donde los futbolistas se acumulan y los espacios se reducen.
Adaptación periódica
No se trata de criticar el juego de la albiceleste (eso merece un análisis profundo aparte), sino de justificar la diferencia que existe entre las dos versiones del futbolista. Messi juega dos y hasta tres veces a la semana de una manera, la del Barça, y como mucho una vez al mes al ritmo que marca el combinado de Maradona. La falta de aclimatación es evidente y la solución muy difícil.
Pero el caso es que Argentina estará en el próximo Mundial, y Messi también. Y no menos cierto es que en esa cita el éxito no tiene porqué ir acompañado del buen juego.
Dudo mucho que la albiceleste mejore mucho su fútbol en Sudáfrica, pero eso no quiere decir que no gane en solidez, seguridad o pegada. Y ahí es donde Messi puede resultar decisivo. No le hará falta ser el del Barça, bastarán unos pocos destellos para que la 'pulga' vuelva a sonreir....vestido de albiceleste.