Oooolé, olé, olé, olé, DELPO, DELPO ...
Fuente info Diario El Mundo (España)
US OPEN FINAL
Monumental Del Potro
El argentino, de 20 años, gana en Nueva York su primer 'grande' y cierra el ciclo triunfal de Federer, campeón en las últimas cinco ediciones
Actualizado martes 15/09/2009 02:41 (CET)
JAVIER MARTÍNEZ (Enviado Especial)
NUEVA YORK.- Juan Martín del Potro dio el primer gran golpe de su vida. El argentino, de 20 años, dejó en 40 partidos la racha que Roger Federer llevaba invicto en el Abierto de Estados Unidos y se hizo con su primer título del Grand Slam. En una actuación heroica, plena de madurez y coraje, venció al número uno del mundo en cinco apasionantes sets: 3-6, 7-6 (5), 4-6, 7-6 (4) y 6-2.
No hubo sexto título consecutivo para el suizo, que se quedó a la vera de Bill Tilden, quien lo logró en los años 20 del pasado siglo. Tras aplastar a Nadal en semifinales, Del Potro pasó por encima de toda una leyenda y se convirtió en el tercer hombre de su país que alza uno de los 'grandes', tras los éxitos de Guillermo Vilas, campeón de Roland Garros y de este torneo en 1977, y de Gastón Gaudio, vencedor en París en 2004. Gabriela Sabatini venció en Nueva York en 1990.
Tenía que ser otro argentino quien cerrase el extraordinario ciclo de Federer en estas pistas. David Nalbandian había sido el último en derribarlo, en octavos de final, allá por 2003. Del Potro lo hizo el lunes para confirmarse como la gran sensación de la temporada, el hombre a quien habrá que seguir la pista, más que a ningún otro.
Todo cambió en el décimo juego del segundo set. La final tenía poca 'chicha'. Sin alardes, un tanto aburguesado, como acostumbra cuando las cosas le vienen de cara, Roger Federer sacaba para tomar ventaja de dos sets a cero y poner mucho cemento de por medio. He ahí que se fue a la red y Del Potro creyó superarle con un paralelo de derecha, contra la opinión del línea y del jugador suizo. El aspirante pidió la revisión de la jugada y las cámaras le dieron la razón. La pelota no era baladí. Suponía opción de 'break' para él y la posibilidad de igualar a cinco. Enojado, Federer cuestionó el dictamen del 'Ojo de Halcón' e insistió en que la pelota había salido ancha. Nada que hacer. 5-4 y 30-40.
Ya en el siguiente punto, el número uno del mundo construye otra jugada similar, con idéntico desenlace; esta vez no hace falta el 'replay': 5-5. Del Potro se encorajina. Empieza otro partido. Por un rato, no le pesará su primera final de un Grand Slam, sacará la fusta como lo hizo en las semifinales contra Nadal, arrancará lo mejor de sí. José Luis Clerc, aquel argentino que rivalizara con Vilas en los 70, no puede contenerse. 'Vamos, carajo', grita, mientras frota sus manos. Vilas, con el trato que merece el campeón de 1977, entonces sobre la arena de Forest Hills, apareció en los monitores, ayer y hoy, homenajeado, aún célebre, como tanto le gusta.
La tarde neoyorquina se teñía de albiceleste. 7-5 para 'Delpo' en el desempate, en el tercer set point. Un set iguales. "Vamos, Martín, vamos". El grito parece provenir de su rincón, donde miraba descorazonado hasta que llegó el 'clic'. Su entrenador, Franco Davin, su preparador físico y su agente ocupan tres sillas de las 16, como en el encuentro del sábado. El resto está vacío.
Del Potro sigue muy vivo. Federer anda fuera de sí. Se veía ya hexacampeón, con el decimosexto 'major' en el bolsillo, y deberá remar lo suyo si quiere lograrlo. Pierde su saque en el séptimo y lo recobra en el siguiente 'game', con un grito de rabia, que repetirá cuando salve dos nuevas pelotas de 'break' y logre estabilizarse. Manda 5-4. Sirve el de Tandil. Viento. Y mariposas en el estómago. Dos dobles faltas consecutivas. Dos sets a uno para Federer. Parece que todo ha terminado, que, como sucediera en las semifinales de Roland Garros, el chicarrón aún no se atreve con el emperador de las pistas. Le ha cogido la vuelta a Nadal, con tres victorias en los tres últimos encuentros, también sabe ganar a Murray, pero lo de Roger tal vez sean palabras mayores.
No se rinde. Quiebra en el quinto juego del cuarto parcial. La gente quiere guerra. Del Potro ha estrechado las manos de algunos aficionados de las primeras filas, entusiasmados ante un nuevo 'passing' de derecha. Sigue de pie, pero hace mejor las cosas cuando llega de atrás en el marcador. Le cuesta administrar las ventajas, pesa el escenario, el rival, los 20 años. Quién pensaba ver a este muchacho, desde hoy nuevamente quinto del mundo, partiéndose la cara con Federer en el último encuentro del torneo. Federer rompe de vuelta en el séptimo. Pero el gigante lo llevará a un nuevo desempate, que volverá a hacer suyo. Habrá quinto set.
Y rompe de inicio. Lo tiene. Se va 4-1. Falta un suspiro. Conservar su saque en dos ocasiones y ya. Davin, que subió a Gaudio a los cielos en Roland Garros, está a punto de triunfar de nuevo con uno de sus muchachos. Anda sobrecogido en la tribuna, al lado de Orazi, el preparador físico. Del Potro sigue fuerte. No se desestabiliza. Esta vez guardará bien los réditos. Primer punto de partido. Su derecha se va al pasillo. Segundo. Resto a la red. Tercer punto de partido, tras la undécima doble falta de Federer. La derecha del suizo se va larga. Sí, ahora sí. Rompe de nuevo. 6-2. Llora sobre el piso. Es el campeón.