Iker y Xabi se van a Pekín para intentar que el TAS, el organismo que se encarga de resolver litigios deportivos como lo hizo con el caso Messi, resuelva en su favor y les otorgue la medalla que ellos creen haber ganado justamente.
Una pena que todo haya terminado asi, no me gusta y hubiese preferido que todo se resolviese en el agua. A esta altura creo que lo mejor hubiese sido anular la regata (habia motivos para hacerlo), reprogramarla y correr una medal race como se merecía la clase 49er.
Veremos como termina esta novela, pero ya el final esta manchado.
Leer lo que escribió Nacho Gomez en Marca del día de hoy, haciendo click acá