Estornudo
En el año 400 adC, el general ateniense Jenofonte pronunció un dramático discurso instando a sus soldados colegas a acompañarlo a la libertad o la muerte contra los persas. Habló durante una hora hasta que un soldado acentuó su conclusión con un estornudo. Considerando este estornudo como una señal favorable de los dioses, los griegos hicieron a Jenofonte general y siguieron sus órdenes.
Entre los paganos de Flandes un estornudo significaba un presagio.
Los católicos romanos popularizaron el uso de la bendición como respuesta al estornudo. La costumbre de decir "salud" tras un estornudo comenzó durante el papado del Papa Gregorio I (540-604), cuando la peste comenzaba a acechar Europa en el año 590. Para combatir la peste, Gregorio ordenó letanía, procesiones y plegarias constantes. Aquel que estornudara debía ser inmediatamente bendecido para evitar el desarrollo de la peste. La costumbre permanece aún entre los hablantes de varios idiomas, entre algunos de los cuales se sigue utilizando literalmente una bendición, como "bless you" en inglés.
En Hungría y Eslovenia, un estornudo que ocurre después de hacer una afirmación se interpreta a veces como una confirmación por parte de Dios de que lo que se dice es cierto.
En India y Pakistán se cree que cuando alguien estornuda es que recuerda o es recordado por alguien querido.
De acuerdo a una creencia japonesa, estornudar dos veces seguidas es señal de que alguien está hablando de ti.
Una creencia popular muy extendida es que si estornudáramos con los ojos abiertos se nos saldrían los ojos. Por supuesto esto es falso, un estornudo no genera la presión intraocular necesaria para que los ojos se salgan. De hecho hay personas que estornudan con los ojos abiertos debido a la pérdida de alguno de los reflejos relacionados con los párpados.